Falco

Falco es un artista autodidacta de Annecy y ahora vive en París. Comprometido, sacude los códigos y actualiza las obras maestras de la historia del arte en el espacio público. Se pregunta cómo deberían representarse los clásicos del arte si hubieran sido pintados en nuestro tiempo. Fascinado por el arte conceptual y los ready-mades de Duchamp, a Falco también le gusta jugar con la definición de arte: ¿qué es arte? ¿Cuáles son sus límites? ¿Hay que pintar como Caravaggio para ser considerado artista?

Entre los 15 y los 18 años empezó a difundir su apodo FALCO a través de pegatinas o camisetas personalizadas y acabó estudiando historia del arte. Ante el análisis diario de obras de arte poderosas, conceptuales y significativas, rápidamente sintió el deseo de crear y compartir también su obra, pero no a través de una pantalla. Para satisfacer esta necesidad, recortó su primer stencil, herramienta que, en un principio, le sirvió como solución para materializar sus ilustraciones. Así llegó a pintar su primera pared, sin saber que lo que hacía era en realidad “arte callejero".

Posteriormente, con la ambición de convertirse en diseñador gráfico, ingresó en una escuela de artes aplicadas que abandonó tres semanas después. Entiende que no puede crear si alguien le sostiene la punta de la pluma y si lo obligan a expresarse con filtros. Tomar el camino de la vida como artista fue su billete hacia la libertad.

Cinco años después, la pintura en la calle ha evolucionado hasta convertirse en una forma de contextualizar sus obras. Es la culminación de la idea, garantizando coherencia entre lo que desea expresar, dónde y cuándo elige hacerlo.

Falco ha dejado su huella en los muros visibles de diferentes ciudades, en particular en París, Londres, Lisboa, Amsterdam, Berlín, Hamburgo, Praga, Grenoble, Lyon…