Babahoum

Su nombre es Babahoum. Me gusta este nombre. En francés, este nombre evoca una decadencia irresistible. Este es el origen caótico del mundo. Babahoum nació a unos treinta kilómetros del puerto de Essaouira, antes de la guerra, al borde del océano Atlántico, en un pueblo rodeado de argán. Tenía veinte años cuando el sultán obtuvo la independencia. Marruecos se establece como reino. Sale del pueblo. Huye del trabajo agrícola. Se convierte en chatarrero. Entonces es el mercadillo. Posteriormente se hizo cargo de la almazara accionada por un camello. (...) Babahoum tenía setenta años cuando empezó a pintar. Su sentido de la puesta en escena es innato, convincente, inmediato, absoluto. Babahoum llena el espacio con figuras que no se tocan, sin sombra, cada vez más alejadas unas de otras, que irradian. Ninguna perspectiva los une o converge. Todo es frontal, todo está en equilibrio, todo está en calma, todo es silencio. Las cabras están en los árboles. Los viejos agitan sus bastones hacia el cielo. El espacio está poblado de burros, oasis, patos, pozos, zocos, tejedores, alfombras, palmeras, paredes oscuras.

Pascal Quignard, escritor.