Biografía
Nuestras caras dicen quiénes somos.
Siempre he creído saber detectar, incluso a través de un discurso henchido de seguridad, una fragilidad indecible en el rostro de quien lo pronuncia. Algo que no miente.
A la hora del selfie, de la instantaneidad, de la máscara social y del yo fantaseado, la pintura de retratos es parte de un tiempo más largo, inmutable, congela el ser y su emoción, trae
matiz en un mundo cada vez más binario, en debates cada vez más divisivos. Los sujetos que elijo para pintar expresan con la mirada emociones ambiguas con múltiples interpretaciones e invitan al espectador a entrar en introspección, en diálogo con
mis trabajos.
Me gusta la idea de poder deducir una biografía, una historia de vida, a partir de una simple expresión facial.
Así, mis retratos cuentan la historia de mis sujetos, a menudo la historia de sus fracturas, sus
dolores, que transcribo por el uso de la línea, quebradiza y clara.
Si a veces puede emanar cierta violencia de mi arte, siempre traigo un remedio, una venda, porque la solución a nuestros males se encuentra, a mi juicio, en el optimismo, el sol, en una explosión de colores.
Fiel a mi primer amor, el acrílico sigue siendo mi técnica pictórica preferida y, la obra sobre lienzo, corresponde por su carácter orgánico a mi tema.
La superposición de elementos, de capas, es el elemento central de mi proceso creativo, como
si fuéramos sólo una suma de momentos, una mil hojas de momentos vividos.
En este mismo planteamiento, con gusto dejo a la vista mis rasgos constructivos, reforzando así la idea de una personalidad en proceso de hacerse, de un yo en continua renovación.
Nacionalidad
Categorías
Temas