Presentación
Karel Cerný fue uno de los pintores checos más talentosos de la primera mitad del siglo XX. Debido a la falta de recursos económicos, tenía veintitrés años cuando ingresó en la Academia de Bellas Artes de Praga, donde su maestro fue Jakub Obrovský. Desde el principio de su carrera fue un solitario. La asociación Mánes fue la única agrupación de artistas importantes a la que se adhirió. En 1946, tras la Segunda Guerra Mundial, realizó su primer viaje al extranjero a París, al que regresó varias veces. Desde mediados de la década de 1930, los temas de sus pinturas fueron la sociedad de café, los amantes y las mujeres llorosas. En la década de 1940, sus temas también incluyeron París, Praga y naturalezas muertas. El estilo de Cerný es inconfundible. Trabajó con fuertes contornos negros que definían las figuras de una manera muy clara y distintiva. Pudo realzar la atmósfera general de sus pinturas mediante un trabajo de color sensible, aparentemente sobrio pero en realidad bien pensado. Tras la ocupación nazi redujo el uso del color y sus pinturas se volvieron más oscuras.