Alexander Calder

Alexander Calder, un gran escultor del movimiento abstracto, nació en 1898 en Lawnton (Pensilvania) y murió en 1976 en Nueva York. Muestra cualidades manuales desde muy joven y comienza estudios de ingeniería mecánica. Su carrera como ingeniero le proporciona con todas las herramientas para desarrollar mecanismos y animar sus esculturas. En 1923, decide dedicarse al arte al cien por cien y se va a estudiar dibujo a Nueva York.

Los pocos dibujos a mano alzada que lleva a cabo durante esos años y que representan a deportistas, acróbatas, escenas callejeras, ya anuncian su estilo escultórico único. Dibuja animales del zoológico y comienza a interesarse por el movimiento y cómo animar sus obras. En 1929, se traslada a París y conoce a artistas emblemáticos de la época como Man Ray, Marcel Duchamp o incluso Joan Miró.

Al admirar los cuadrados de colores de Piet Mondrian en 1930, tiene una verdadera revelación y los imagina flotando en el espacio, convirtiendo al movimiento en “material" estrella de su obra. Empieza a experimentar con la abstracción geométrica y crea esculturas de alambre en movimiento llamadas “móviles" por Marcel Duchamp. Son esculturas en las que destacan la ligereza y la fineza, rompiendo por completo con el estilo denso e imponente de las esculturas de la época. 

Es el principio del arte cinético, aunque para Alexander Calder el objetivo no es tanto el movimiento sino la búsqueda del equilibrio, la simetría, el silencio, la ligereza, la sutileza …

A partir de 1933, Alexander Calder empieza a tener éxito, en particular con el cuadro "La fuente de Mercurio", montado y presentado en la Exposición Universal de 1937. 

En 1952, recibió el Gran Premio de la Bienal de Venecia, en 1964 el Guggenheim celebró su talento a través de una gran retrospectiva. Su influencia sigue aún presente ya que en 2016, la Tate Modern de Londres realizó otra gran retrospectiva sobre el mítico escultor.