Con su forma de trabajar, Jeanette Olyhoek se inscribe en la tradición de los impresionistas. Cuando miras su trabajo, ves la misma fascinación por la luz, el clima, captar la atmósfera, el toque suelto. Sin embargo, sus pinturas no deben confundirse con las de sus almas gemelas del siglo XIX; ella tiene su propio estilo y uso del color. Su uso del cepillo se siente intuitivo. Se utiliza libremente para representar el clima turbulento en las costas holandesas, mostrar la frescura de los bosques y retratar la tranquilidad de las vistas amplias y planas. La sensación de que Jeanette es fundamental para esto. O como dijo Paul Cézanne: “Pintar desde la naturaleza no es copiar el objeto; es la realización de tu sentimiento."
Las obras de Jeanette en esta exposición son una promesa permanente de la primavera. Siempre vendrá, y saldremos y volveremos a sentir el calor del sol. Este no solo será un mensaje al que aferrarse en los oscuros meses de invierno, sino que también en este momento de estar cerrado en casa, las obras de Jeanette Olyhoek ofrecen un mundo en el que perderse.
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