“Toda infancia es una génesis y de estas primeras maravillas guardé el gusto por este mundo mágico y arcaico que aún late en nuestro interior. En esta claridad oscura, todo se equilibra entre el humor, el asombro y la burla. Los personajes que me acompañan son los actores de un teatro. Parecen dejar el fondo oscuro para venir hacia nosotros. Se revelan literal y figurativamente en su desnudez, sus defectos y sus debilidades. Lo fantástico se esconde en la vida cotidiana y nos rodea sin nuestro conocimiento. El humor, a menudo oscuro, evoca nuestros miedos y preocupaciones. Nos ayuda a dar un paso atrás de la realidad. Es una pintura metafórica”.
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