Para su tercera exposición con la galería, Franck Kemkeng Noah presentará una serie de nuevas obras que investigan el punto de encuentro intercultural del mundo invisible, el de los espíritus, creencias y energías ancestrales, expresado en tradiciones artísticas y objetos rituales. Profundamente arraigada en la herencia del pueblo bamileke de Camerún, del que es príncipe, la obra de Kemkeng Noah comenta el eterno viaje entre el norte y el sur, tomando libremente prestados mitos y cosmogonías del animismo de África occidental y central que traslada al Estructuras en blanco y negro de espacios arquitectónicos pertenecientes a la herencia europea, asiática y americana, generando así encuentros hipotéticos y simbólicos de mente y alma.
La serie Offscreen es un homenaje personalizado a las influencias que las artes tradicionales africanas han tenido en los maestros modernos europeos y su trabajo. Dentro de estas representaciones enmarcadas aparentemente interminables de obras de Picasso, Miró o Basquiat, el artista camerunés pinta algunas de sus obras anteriores, pobladas por una gran cantidad de personas de África Central y Occidental y sus mascaradas. Sin duda, existe un diálogo lúdico en estas nuevas obras sobre lienzos y alfombras desechadas, como lo sugieren estas metaacumulaciones representadas que cuestionan la esencia misma del arte (según la curaduría del artista). ¿Qué hace que una obra de arte? ¿Es la forma, su contenido o lo que hay más allá de este último, en las expresiones invisibles de nuestra propia humanidad? Símbolos, códigos y lenguajes invaden las composiciones de Franck Kemkeng Noah como otros tantos recordatorios de las formas en que nuestras sociedades aún se distinguen unas de otras. Esta tensión geométrica que está innegablemente presente en la imagen sugiere que cualesquiera que sean nuestra herencia y nuestras preocupaciones comunes, todavía debemos aprender mucho unos de otros para encontrar el equilibrio.
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