Una exposición de Fabio de Santis es un viaje al interior de su aventura, un mundo en blanco y negro que nos arrastra. Un viaje valiente y ambicioso como una odisea artística que comienza en Génova y nos lleva a través de su experiencia en París, Londres, Nueva York, Los Ángeles, Roujan y Pézenas. Fue en 2006 cuando Fabio dejó Génova; es hoy, en 2021, cuando realmente lo encuentra. Describir a Fabio de Santis es interesarse por la esencia misma de la palabra pasión, primero la de un adolescente fascinado por el Renacimiento y el clasicismo italiano, luego la de un joven artista que se inicia en el dibujo y poco a poco se va permitiendo asume sus primeras creaciones, primero en cartón, a través del proyecto “Art Kills”.
Entre ayer, hoy y mañana, Fabio de Santis ilustra esta vida de la pintura, un arte que concibe solo para compartirlo. Es para Génova que el pintor maduró este proyecto, su “Infinito Ricordo”. A lo largo de su investigación, el artista rinde homenaje a sus orígenes, a su ciudad, a sus ilustres fotógrafos italianos. Su pintura se origina en el hecho real. Nacido en 1980, Fabio de Santis estuvo fuertemente influenciado por el simbolismo en su capacidad para dibujar un repertorio de imágenes o posturas que resuenan con el inconsciente colectivo. En el corazón de nuestra memoria, sus cuadros dan testimonio de un tiempo casi detenido, como perdido. En 2015, el artista cambió de medio y abrió el capítulo de sus óleos sobre madera, que el Palazzo Stella reúne hoy por primera y seguramente última vez. Más de 50 piezas componen esta exposición, los 7 capítulos de Fabio de Santis unidos en un solo conjunto.
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