A lo largo de nuestra historia, borracho de los preceptos religiosos, el deseo ha sido siempre pecados Asso-IDCEE, celos, lujuria. En combinación con los impulsos del cuerpo, las necesidades orgánicas, "pis", "a la mierda", "quieren joder", "ganas de vomitar" ... tantas necesidades que el hombre se esfuerza por mantener silencio, para ocultar, bajo pena de ser llevado directamente al infierno!
buena voluntad moral del hombre, tiende a describir sus antojos deseos, asociando algo noble, las cosas del espíritu, la trascendencia ...
Mis personajes, que parecen estar muy alejadas de estos preceptos. Se contentan con estar vivo; más allá del bien y el mal; y más allá de todas las consideraciones propuesta por contingencias externas. Sus deseos, sus deseos, no lo llaman, que ellos viven!
Ellos viven para sí mismos y compartir sin concesión. Ellos no reprimen sus impulsos, no se juzguen a sí mismos y no juzgar a los demás. Ninguno de ellos hizo restringe en sus impulsos instintivos, la fuerza de la vida, y todos se unen en esta área, sin vergüenza o culpa.
Ellos simplemente tomaron una decisión: vivir! Y no el de morir lentamente, sofocado por impulsos incumplidas. Para estos impulsos que son reprimidos bajo el pretexto de la moral, la decencia, la religión ... inevitablemente terminan matando a nosotros psicológicamente; haciéndonos seres cansados en los que desaparecen los antojos, uno tras otro, llevándose con ellos nuestro simple deseo de vivir.
Vicente Gicquel, 2019
Leer más