El dibujo es el lugar que se le da a lo esencial. El dibujo está habitado con una riqueza infinita gracias a la sencillez del material: una hoja y un lápiz, nada más. Se conserva el impulso principal que vincula los sentimientos más espontáneos del artista con la obra. Desordenado y, por tanto, más libre, el artista se vincula a lo que crea en una forma de humildad donde sólo queda lo esencial. Luego tocamos su privacidad en lo que más creía. La línea es pura cuando está desatada, precisa. Está más habitado cuando está nervioso y espontáneo hasta que sale a la superficie si la línea se repite a voluntad. Incubar y rellenar luego crea un modelo donde a la luz le gusta aterrizar. Para esta exposición dedicada únicamente al dibujo, se presenta el trabajo de 3 artistas: Hervé Delatouche, Alexandre Moulis y Menachem Gueffen.
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