“La noticia brutal y cínica chocó con mis propias preocupaciones.
Criaturas extrañas, traviesas e inquietantes asedian mi mente.
Parecen decididos.
Dejo que guíen mis gestos, mecánicos con un ritmo repetitivo, hipnótico, cadencioso:
Tijeras, hilos, agujas, costuras, suturas, superposiciones, reparaciones...
Se encarnan en el momento creando su historia y trazando su camino sobre la trama de algodón.
No sé si soy yo quien mueve los hilos o ellos quienes dirigen el baile.
Hablan de viajes sin retorno, hablan de tierras lejanas, de lo que nos une y de lo que nos separa, de nuestros demonios y nuestros dioses, de nuestros dolores, y de otras posibles orillas.
Son mi caos interior, mi reflejo en el espejo, la suma de todos mis miedos, mis dudas y mis esperanzas...
....las criaturas de las tierras minadas...."
Bárbara d'Antuono, mayo de 2022.
Cosiendo a mano como otros recitan mantras y sin decidir nada de antemano, Barbara d'Antuono deja emerger imágenes sin particular coherencia entre sí, pero a las que da forma en una especie de urgencia. Su encuentro en Haití con el barón Samedi y la mitología ligada al vudú, así como los traumáticos salpicones del golpe de Estado de 1986 y los abusos que presenció, la precipitaron en la necesidad de decir lo indecible:
“Coser, suturar, cerrar estas heridas, injertar un tejido en otro, pero también “bordar” para dar sentido, a veces para testimoniar mi deseo profundo de acercar las dos culturas que me habitan”.
Trotamundos, nutre su trabajo de sus viajes, particularmente en África donde encuentra vudú y en las faldas de todos los volcanes del mundo. Creadora de imaginación, da a luz bajo sus dedos un mundo jubiloso, onírico, irónico, carnavalesco ya veces ingenuo. Impregnada de esta deliciosa mezcla toda su obra se condensa en un flamante sincretismo barroco, donde el humor nunca está lejos y Haití siempre presente.
Córcega de origen italiano nacida en 1961, Barbara d'Antuono salió de Francia en los años 80 hacia las Indias Occidentales y Jamaica. Fue en la abundancia artística de Haití, donde permaneció durante 5 años, donde aprendió pintura y escultura, especialmente en el estudio del pintor haitiano Ronald Mevs. Se le revela la magia, sus demonios internos y la estética de su trabajo como artista visual. Comenzó su carrera artística con ensamblajes de madera y hueso, collages, tótems, fetiches... Babette El Saieh, hija del gran coleccionista Issa El Saieh, le dio su primera oportunidad de exponer en el hotel Olofson de Puerto Príncipe. Después de varias exposiciones en Haití, abandonó la isla tras el golpe de Estado de 1986. De regreso en Francia, desarrolló su propia técnica combinando escultura, pintura, gráfica, costura, poesía y música.
A partir de 1995 expone regularmente en París, Alemania... Participa en varias exposiciones colectivas, entre ellas una en homenaje a Wilfredo Lam en la Unesco. Reconocida por las galerías Art Factory y Art de Rien, ha expuesto varias veces en el Lavoir Moderne Parisien así como en la Chapelle du Collège de Carpentras.
En 2014 presentó unas cuantas pinturas magnéticas, pinturas textiles y muñecos fetichistas en la exposición colectiva Sigue mi mirada, que marcó la partida de nacimiento de El ojo de la mujer barbuda. Después de una primera exposición en la galería Claire Corcia en 2019 titulada "Outsider art III", luego una segunda en 2021 con la exposición "Vagabond spirits" en la galería Claire Corcia en colaboración con L'œil de la femme à beard, aquí está su tercera exposición “Criaturas de tierras minadas” en la Galerie Claire Corcia, en colaboración con L'œil de la femme à beard.
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