Les Enfants Du Paradis Perdu Un proyecto fotográfico de Solomon Jamy Brown Imaginar un proyecto antagónico sería evocar a estos niños que, pensadores en la cama por la noche, tienen una idea de su vida futura. Aquí, Les Enfants du Paradis Perdu presenta a adultos atormentados por sus recuerdos de infancia. La puesta en escena en blanco y negro da testimonio de un pasado olvidado, cada elemento visual remite a un recuerdo. El adulto envejece pero el objeto permanece intacto, así una cómoda juega su papel de caja de Pandora, como un tesoro intocable y eterno. La imaginación es, por tanto, la única clave que le queda al espectador para comprender las imágenes. El escenario de rodaje aparece aquí como un encuentro, un intercambio humano, nostálgico y precioso. La luz elegida se convierte en sinónimo de cierta dulzura, considerada por Solomon Jamy Brown como la mejor forma de transmitir un mensaje. Dentro de este proyecto, el conocimiento, juzgado adquirido, deja espacio para la reflexión y la imprudencia. El paraíso perdido cierra los ojos a la reflexión y la experiencia para favorecer un pensamiento y una acción instintiva. Pero, ¿qué es este paraíso perdido? Sería un “receptáculo”, un jardín secreto, rebosante de imaginación, placeres e ingenuidad. Tanto si el niño está feliz como si no, tiene esta cajita personal. Sin embargo, a medida que el niño crece, aprende la verdad, su visión de la vida se vuelve turbulenta, alterada por una realidad que es demasiado difícil de aceptar. A primera vista, Les Enfants du Paradis Perdu parece presentar un tema del pasado. Sin embargo, estas convicciones siguen vigentes y cuestionan a las personas sobre su lugar en la sociedad, sus ambiciones y su futuro. Centrada en la representación de esta preocupación, la obra de Solomon Jamy Brown funda el sueño de un mundo más auténtico. Los modelos de este proyecto son los actores de este renacimiento. El trabajo fotográfico congela, por un momento, esta vida que pasa demasiado rápido.
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